30.11.05

23.11.05

El consumo responsable como respuesta al consumismo actual


Una de las características principales del estilo de vida que hoy rige en los países desarrollados es sin duda alguna el consumismo. Consumimos a todas horas, por entretenernos, porque está de moda, porque es barato, porque estamos deprimidos, porque creemos que es necesario, porque es más barato o cómodo comprar algo nuevo que arreglarlo....

Este estilo de vida es totalmente insostenible a largo plazo, además de no ser aplicable a todos los habitantes del planeta. No se puede mantener ni ecológicamente, ni por las injusticias que genera. Por tanto no es posible que mantengamos esta situación.

La necesidad de organizar la economía según criterios de igualdad, justicia y respeto a los recursos y a la naturaleza ha dejado de ser una cuestión de moral o política, para convertirse en un imperativo vital que nos exige a todos poner de nuestra parte.

Las instituciones tienen que cumplir su función y así debemos exigirlo, pero no debemos olvidar que tenemos a nuestra disposición medios que pueden tener una influencia directa sobre los centros de poder económico. Esta posibilidad deriva de la voluntad de vivir de forma responsable el día a día, en aspectos como el trabajo, el ahorro y, sobre todo, el consumo.

Un consumo crítico es el que se pregunta por las condiciones sociales y ecológicas en las que ha sido elaborado un producto. Es una actitud diaria que consiste en elegir de manera meticulosa lo que compramos sobre la base de dos criterios: la historia del producto y la conducta de la empresa productora.
De esta forma le decimos al sistema los métodos productivos que aprobamos y los que condenamos.

Para un consumo ético se valoran las opciones más justas, solidarias o ecológicas y se consume de acuerdo con esos valores y no solo en función del beneficio personal.

Dentro del consumo ético destaca especialmente la austeridad como valor, como una forma consciente de vivir, dándole más importancia a otras actividades que al hecho de consumir y teniendo la capacidad de distinguir entre necesidades reales e impuestas; organizándolas, además, a nivel colectivo, garantizando así a todas las personas la satisfacción de sus necesidades fundamentales con el menor despilfarro.

No debemos confundir la austeridad con la tacañería. Nada más lejos. Ser tacaño implica mirar sólo la economía; si un tacaño no consume un producto es porque no le conviene a su bolsillo; una persona austera reflexiona sobre la necesidad real que tiene de adquirir algo, (¿¿estoy comprando porque realmente lo necesito/me apetece, o me he dejado influir por el mercado??) sobre las consecuencias de esa adquisición (¿¿estoy contribuyendo a explotación infantil en Pakistán por comprar este balón deportivo??), y, en definitiva, tiene otros valores a los que da prioridad y que le llenan más que el simple consumismo.

La incorporación de estos valores en nuestro consumo no tiene que disminuir el bienestar y la calidad de vida, más bien todo lo contrario. Parece "ventajoso" para nosotros trasladar las industrias contaminantes al Sur ¿pero no estamos todos bajo la misma capa de ozono?, ¿no sube por igual en todo el planeta el nivel de los mares?.

Todo esto implica a todas las esferas de nuestra vida, a nuestras opciones más personales y supone, por tanto, un esfuerzo, pero no es algo imposible. Un primer paso sería esa toma de conciencia, y un segundo, compartir nuestras reflexiones para construir una conciencia colectiva.

Tengamos en cuenta el hecho de que el nivel de desarrollo y consumo que llevamos en el primer mundo no es en absoluto sostenible, y lo podemos mantener actualmente sólo a costa de los países menos desarrollados.

¿Sabías que para mantener un nivel así en todo la población del planeta necesitaríamos siete planetas Tierra a nivel de recursos y uno entero sólo para acumular la basura que producimos?

Empecemos a ser un poco más razonables con lo que compramos, y también con lo que desechamos. De nosotros depende mucho.

Algunas pautas:
Busca información y adopta un pensamiento crítico con la realidad que te rodea, con la publicidad que intenta manipularte, cuestionándote que hay detrás de cada cosa que consumes y cuáles son sus consecuencias.

Opta por la reducción de tus niveles de consumo
como una opción ética.

Se trata de cambiar nuestro hábito de consumismo, optando por un modelo de bienestar y felicidad no basado en la posesión de bienes materiales. "No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita". Es, en definitiva, un cambio en nuestra escala de valores y en nuestras prioridades. Esto nos permitiría, por ejemplo, dedicar una mayor parte de nuestro presupuesto a comer de forma sana, disfrutar nuestro ocio de una manera más constructiva, reducir nuestro tiempo de trabajo, invertir en solidaridad, etc.

Esta propuesta de no-colaboración con un sistema económico que genera injusticia y destruye el medio ambiente es un deber moral y político fundamental.

Lo que falta es desarrollar una conciencia crítica y verdaderamente solidaria acompañada de comportamientos más colectivos y políticos: cuando hacemos la compra no tenemos que dudar que somos poderosos y que las empresas están en una situación de profunda dependencia de nuestros comportamientos como consumidor.
Próximamente:
Alternativas: el comercio justo y la soberanía alimentaria.

20.11.05

Teatro solidario en Cáceres. La conquista de América y sus consecuencias.

Hola a todos,

Informaros que el sábado 26 se realizará en Cáceres en la casa de cultura Rodríguez de Moñino el teatro "Estos indios perezosos no tienen alma", que nos enseña la realidad de la conquista española en América Latina, no la que nosotros estudiamos en los libros, y nos seguimos empeñando en ver para vanagloriarnos.

Porque la memoria histórica no es sólo para la guerra civil, tampoco nos podemos olvidar del resto de errores, que, aunque más antiguos, siguen desplegando sus efectos y condicionando el mundo actual.

De verdad, el teatro merece la pena, a mí me encantó, así que si podéis acercaros a verlo que seguro que os alegraréis de hacerlo. Es cortito, una media hora, y además, no estoy del todo segura, pero casi, de que es gratis.

Lo representará el grupo PACHAMAMA a las 19.30, e irá seguido de un corto de 15 minutos de la misma temática, "Carta de un chino a los aztecas", que también os impactará.

Para ver el cartel, dirección y demás:
www.unex.es/unex/oficinas/cooperacion/archivos/ficheros/
Eventos/Cartel%20TEATRO%20otono%2005.pdf

Un saludo a todos,

Susana Martín.
Secretaría de Derechos Humanos.